Sentimos un vacío en el alma que solo Dios puede llenar. Descubre cómo volver a Él y restaurar tu comunión en esta reflexión.

El Salmo 51 nos guía en el arrepentimiento, reconociendo el pecado y buscando la restauración espiritual a través de la gracia de Dios.

Jesús entregó su vida en la cruz, llevando nuestro pecado. Su sacrificio abrió el camino a Dios y transformó al Padre en juez justo.

Seguir a Cristo implica negarse a uno mismo y tomar su cruz diariamente. El camino no es fácil, pero lleva a la

Frente a gigantes como el miedo, Dios nos da la fuerza y la fe para vencer. Confía en que Él pelea tus batallas.

David venció a Goliat con fe en Dios, no con armas. ¿Qué gigante enfrentas hoy? Con fe en Dios, no hay enemigo invencible.

El ayuno, un ejercicio espiritual que rompe ataduras y fortalece el espíritu cuando es realizado de corazón, como enseñó Jesús.

La oración no es ritual, es comunión sincera con Dios. Pide con fe y humildad, como Jesús enseñó, dejando que el Espíritu te guíe.

Dios elige corazones dispuestos, no capacidades. Sé protagonista de tu fe, sal de la multitud y sigue a Cristo con confianza total.

Deja atrás el pasado y enfócate en las nuevas obras de Dios. Vive en el presente con fe y esperanza, renovado por el Espíritu Santo.

¿Amamos a Dios por lo que hace o por quien es? La fe verdadera se prueba en la adversidad, confiando en su carácter incondicional.